Los champiñones chanterelle son hongos micorrízicos, lo que significa que forman una relación simbiótica con los sistemas radicales de ciertas plantas. Se fusionan completamente con plantas como el pino y el abeto. Debido a sus requisitos únicos, cultivar champiñones chanterelle comercialmente se vuelve extremadamente desafiante, ya que la mayoría de los champiñones chanterelle cosechados son recolectados en estado salvaje. La temperatura ideal para su crecimiento es cálida a moderada, junto con humedad y circulación de aire en niveles equilibrados. Con las condiciones adecuadas, configurar un entorno controlado en casa o en el jardín permitiría intentar cultivar champiñones chanterelle.